
¿Industria músical por buen camino?

A comparación de las grandes industrias musicales, la producción musical en Ecuador aún no puede consolidarse a nivel nacional e internacional, a pesar de contar con un sin número de artistas lucidos en sus géneros musicales, la falta de inversionistas, promotores y equipo de trabajo hacen que el artista tenga que ingeniarse diferentes formas para difundir su música e incluso salir de la ciudad en busca de oportunidades, obteniendo pocas remuneraciones por su actividad sin poder prosperar en el mundo musical. Esta entrega trata sobre el tema de producción musical en Loja desde el punto de vista de artistas, productores y activista

A más de significar recursos económicos, la industria musical es una pieza clave para la apertura de los artistas al mundo musical mediante sus canciones, las cuales brindan una nueva perspectiva de hacer música acorde a la estética sonora que se maneja el artífice (artista) y el productor musical junto a su equipo de trabajo. Países como: México, Colombia, Argentina y Brasil, han pasado por un gran proceso para el desarrollo de esta industria, factores como: programas artísticos y crecimiento económico las han consolidado como grandes mercados musicales.
Ecuador no ha tenido la misma fortuna, los músicos se enfrentan a una frágil industria en la que muchos músicos luchan de manera artesanal para expandir sus éxitos por la localidad, aunque en ciertas excepciones hay quienes son más reconocidos que en su propio terruño.
Lic. Rubén Torres, activista musical y representante del Ministerio de Cultura (Zona 7), nos comenta que la industria musical en Ecuador le cuesta asentarse en el mercado internacional debido a la falta de inversión y de industrias especializadas para poder generar productos que a más de difundir en diferentes plataformas, trasciendan en el mundo.
“Aquí todavía no tenemos una representación de network como Sony, los inversionistas privados generan recursos sabiendo que invertir en el talento es dinero, pero aquí todavía lo vemos como un hobbie y ven otra profesión para ver de como subsistir.”
Recalca que la industria musical se encuentra en un nivel primario (emprendimientos), donde las herramientas técnicas como formación, administración y gestores carecen para que los artistas puedan desarrollarse en el medio y en el mercado musical.
A partir del año 2011, el Ministerio de Cultura ha fomentado a los artistas mediante la creación de concursos como fondos fonográficos, cuya meta fue brindar un impulso hacia los músicos para que desarrollen productos musicales, pero este aporte no ha cambiado mucho la realidad de la industria sonora

Lic. Rubén Torres

Según datos del Ministerio, del 2008 al 2016, las artes musicales se le había asignado un 1’223.592,07 dólares equivalentes al 9.15 %, pero en la división de recursos para las demás ciudades del país, la provincia que abarco mayores réditos fue a Pichincha con valores alrededor de 2 millones de dólares, en cambio a Loja se le asignó 100 mil USD, algo positivo para las artes sonoras pero problemas presupuestarios y modificación de competencias del ministerio hicieron que estos concursos fonográficos no continúen
Según un reporte del Servicio de Rentas Internas (SRI) presentado en el 2012 al Ministerio de Cultura, y difundido en el libro 'Diagnóstico y políticas para el desarrollo de la industria fonográfica ecuatoriana' indica de las 59 empresas agrupadas bajo el concepto de música, solo 31 reportan datos a nivel de ingresos, pasivos, patrimonio y pago de impuestos, para el 2009.

Fabián Armijos, productor musical de F1 récords, explica que para que un artista pueda llegar al mercado en cualquier país necesita de un gran equipo humano (managers, rutero, abogado, promotor, entre otros), para distribuir actividades en cuanto a la producción, comercialización y publicidad, determinando la ocupación del artista netamente en lo musical.

“Existen varias falencias que impiden al músico llegar al mercado sobre todo en la ausencia de personal especializado. La falta de apoyo económico, la carencia de productoras, editoras y disqueras hacen más difícil el dinamismo de la industria musical” indicó.
Según la Dirección de Emprendimiento e Industria Fonográfica del Ministerio de Cultura, en el país existen cerca de 5 000 músicos, de los cuales solo 1 057 músicos y 192 intérpretes se constan en los registros de la Federación Nacional de Artistas Profesionales del Ecuador (Fenarpe).
“Aquí a los productores solo les interesa la parte comercial, que les llegue su retribución económica y el resto tú sabrás como lo haces, una productora necesita ser una productora en realidad no ser un estudio de grabación casero que se dedique en grabar y el músico a promocionarse a sí mismo”

Simancas destaca que en la localidad, existen más artistas que se administran por su cuenta que músicos con un equipo de trabajo estable.
“Los músicos de Loja están condenados a ser desde el utilero hasta el intérprete, una productora debe tenerlo al artista como una estrella aquí no se lo cumple.”
A pesar de las dificultades, los artistas buscan diferentes mecanismos para poder grabar sus discos, en algunos casos optan por construir sus propios estudios de grabación de manera artesanal para grabar. El alquiler de un estudio de grabación puede costar 20 dólares la hora, convirtiéndose en una fuente de ingresos alternante.
Para Darío Cobos, productor musical de toolbox latín música, el problema no se centra en mucho en la parte económica, sino en la falta de preparación por parte artista y la falta de personal experimentado (producción) que lo lleve sobresalir en este arte, elaborando buenos productos musicales.
“La mayoría de gente se compra los equipos pensando que ya tienen un estudio de grabación, pero la gente no se prepara, pueden tener el mejor “Ferrari” pero si no lo saben manejar no sirve de nada.”
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Según la perspectiva del artista y solista grabar una obra musical demoraría alrededor de entre 8 días a unos dos meses, dependiendo de los últimos retoques en la masterización para la composición final y grabación con instrumentos. Para Cobos la fabricación de un disco más la impresión de la caja bordearía los 2 000 dólares por un tiraje de 1 000 discos. En ocasiones, detalla que envía canciones a mezclar en países experimentados como España o México debido a que los equipos que se utilizan para hacer ese proceso tienen costos que superan el 1 millón de dólares, que en el país las mismas productoras no las pueden costear.
El factor económico sigue siendo el “talón de Aquiles” de la industria para Fabricio Simancas, el productor y compositor musical señala que esto se debe a los intereses comerciales por parte de las productoras, olvidando la parte de promoción y gestión que al artista lo obliga a hacer diferentes actividades.

En cuanto a los artistas, Darío Cobos menciona que debe innovar en los géneros musicales para así acoplarse a la temporada musical. “Tiene que estar innovando cada vez, cambian los tiempos y aparecen nuevas perspectivas musicales dejando atrás a otras. Hay que ver las experiencias de los otros países, acoplándose a la música de otros países y así poder salir al mercado.”

“Vivir de la música es manejable, hace falta valorar las cosas que hacemos en nuestro país, valorarlas desde la perspectiva económica y apostando por nuevos géneros que aperturen nuevas formas musicales. Es difícil por qué uno mismo debe labrarse el camino en el caso de músicos empíricos, debe haber un borrón y cuenta nueva en la industria para dar una nueva cara a la música en Ecuador.”
Jorge Peñaranda Dávila, más conocido en el mundo artístico como “Churoraper”, nos indica que a más de innovar en la parte musical también hace falta que valorar lo que se hace.